Aunque para ti sea evidente, puede que no sea verdad.

Anthony de Mello escribió una serie de libro titulados “La oración de la rana”. En todos ellos el esquema es el mismo, son relatos cortos  con una «moraleja» final.

«Lo que pretendió De Mello al compilar y reelaborar todos estos cuentos fue promover el ‘despertar’ de las mentes durmientes a la magia de la existencia, a pesar de ser sacerdote jesuita, recibió alguna que otra reprimenda por parte de la dogmática, la curia y normatividades vaticanas.»

El título del artículo es la moraleja que extrae después de escribir el siguiente relato: Un joven subió a un autobus calzando sólo un zapato, un señor que reparó en ello le dijo: “vaya, veo que perdió un zapato” a lo que el joven contestó: “no, he encontrado un zapato”.

Engaños no evidentes.

Hace poco leíamos una noticia sobre un fraude con la carne picada para hamburguesas. Venía mezclada la carne de vaca con carne de caballo. El chiste fácil es que en vez de darte gato por liebre, en este caso te dan caballo por vaca.

Hace poco escribí un artículo donde denunciaba el fraude en el etiquetado: La comida legal. Para detectar la presencia de carne distinta a la anunciada parece que es necesario hacer una prueba de ADN, es una prueba cara y no es rutinaria, es decir, es posible que más de una vez consumamos otro tipo de carne del que creemos comprar. Otros artículos de denuncia son por ejemplo: Leer las etiquetas. Donde asombrosamente descubrí que las lentejas “tipo” Lanzarote son de México.

Leemos noticias como: la multinacional Glaxo deberá pagar una multa de 3.000 millones de dólares por los daños causados por uno de sus antidepresivos, esta multa le salió barata porque anunció unos beneficios de 17.000 millones de dólares. Miguel Jara también denuncia en su página Web que la multinacional farmacéutica Merck & Co, a cuenta de su medicamento Vioxx, tendrá que pagar una multa de 950 millones de dólares para resolver las denuncias pendientes por los efectos secundarios de este medicamento. Estos engaños que tienen consecuencias mortales no parecen ser del dominio público y se minimizan, mientras que la noticia de las hamburguesas de caballo, aparte de tocarte el bolsillo engañándote con lo que te venden, lo más que te pueden producir es: “gases” y te distraen anunciándolo con bombo y platillo.

Publicidad engañosa.

Recuerdo una campaña de hace años que atacaba al aceite de oliva frente al aceite de girasol. Fue tan machacona la campaña que en España se empezaron a desmantelar y vender empresas que producían este aceite. Más cerca en el tiempo, Infaoliva  denuncia una campaña publicitaria del Reino Unido que promociona una grasa destinada a la fritura y el horneado, denigrando al aceite de oliva.  En esta campaña se afirma que dicho producto, a base de aceites de girasol, colza y lino es más saludable que el aceite de oliva. Ya saben lo que influye la publicidad y el daño que puede hacer si no nos informamos bien. Una de las mejores revista de salud española Discovery DSalud en 2009 informaba que, después de muchos años de hablar de las virtudes de la soja, tenía que advertir sobre los peligros de la leche de soja, el miso, la salsa…, reconocía que fue una publicidad interesada en su venta la que propagó una verdad a medias sobre la soja. Los errores en las mediciones de elementos o la publicidad son los que convierten en moda algunos alimentos al resaltar las virtudes y propiedades de estos, como el caso del hierro en las espinacas, del pomelo en el colesterol. Es precisamente sobre el pomelo que la FDA advierte sobre los peligros de consumirlo junto con algunos fármacos llamados estatinas, usados para reducir el colesterol, algunos fármacos para reducir la presión arterial, fármacos contra el rechazo de órganos trasplantados, ansiolíticos, antiarrítmicos, antihistamínicos.

Aunque para ti sea evidente, puede que no sea verdad, pregunta, infórmate, antes de poner tu salud en juego.